domingo, 7 de septiembre de 2008

El Contraste

El contraste ocurre siempre, aunque su presencia pueda no ser advertida. Existe el

contraste cuando una forma está rodeada de un espacio blanco. Hay contraste cuando una

línea recta se cruza con una curva. Lo hay cuando una forma es mucho mayor que otra. Lo

hay cuando coexisten direcciones verticales y horizontales.

Esperimentamos toda suerte de contrastes en nuesta vida coridiana. El día

contrasta con la noche; el pájaro que vuela contrasta con el cielo; una vieja silla contrasta

con un modero sofá.

El contraste llega mucho más de las oposiciones comunmente reconocidas. Es muy

flexible: puede ser suave o severo, difuso u obvio, simple o complejo. La forma A puede

parecer contrastante con la B, pero cuando se introduce la C, las formas A y B pueden

parecer mas similares que contrastantes entre sí, y ambas pueden contrastar con la C en

grados variados.

El contraste es sólo una clase de comparación, por la cual las diferencias se hacen

claras. Dos formas pueden ser similares en algunos aspectos y diferentes en otros. Sus

diferencias quedan enfatizadas cuando hay un contraste. Una forma puede no parecer grande

si es vista por sí sola, pero puede parecer gigantezca junto a formas vecinas diminutas.

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